Mario Maquilón

Entre los referentes históricos del arte ecuatoriano destaca como uno de las más reconocibles, tanto a nivel nacional como internacional, la Escuela Quiteña, corpus de obras del periodo colonial (siglos XVI hasta el XIX) que incluso fue determinante para la Declaración de Quito como Patrimonio Cultural de La Humanidad, en 1978¹. Al mismo tiempo, resulta al menos conflictivo que este movimiento que lleva el nombre de la capital ecuatoriana (en ese entonces parte de la Real Audiencia de Quito) tenga como principales influencias los estilos pictóricos de Europa y como contexto un violento proceso de transculturación. 

Llama también la atención que en el año del Bicentenario de la finalización del proceso de independencia de Ecuador (1822) aún no existan de manera formal y ampliamente reconocida movimientos artísticos, y en particular, pictóricos, que en su denominación incluyan su lugar de origen, como es el caso antes citado. Un ejemplo de lo anterior es Guayaquil, ciudad que a pesar de su importancia en el entramado productivo, económico y cultural del país, siempre se ha visto desfavorecida en las comparaciones con Quito respecto al campo artístico. 

Así, como antecedente al reconocimiento de una “Escuela de Guayaquil” es necesario mencionar al crítico de artes plásticas Juan Hadatty Saltos, quien abogó por la necesidad de estudiar las manifestaciones artísticas de la urbe durante el siglo XX. Esta idea también ha sido mencionada por pintores como Jorge Velarde² y Hernán Zúñiga³, quienes se han referido a ese proyecto como un objetivo no alcanzando.  

La creación de la Universidad de las Artes en 2013 puede significar un giro de tuerca frente a esta problemática. A pocos años de cumplir una década, esta institución de educación superior ha representado el acceso gratuito a la instrucción superior enfocada en artes para la población estudiantil del Guayaquil, y del resto del país; al tiempo que ha sumado a su planta docente a varixs pintorxs y artistas de la ciudad. De esta forma, la UArtes se ha convertido en un catalizador de las actividades artísticas en el puerto principal al reunir a las nuevas y precedentes generaciones en un escenario de educación formal.  

Precisamente, es el componente investigativo de la educación universitaria donde se ha promovido la intención por delinear e identificar el panorama de la producción pictórica de esta ciudad. Así surgió la exposición Avistamiento de la pintura en Guayaquil, constituida como una primera presentación del proyecto de investigación “Escuela de Pintura Contemporánea de Guayaquil” de la Escuela de Artes Visuales. El grupo está constituido por 10 artistas docentes de la Universidad de las Artes.  

La dinámica de este proyecto estuvo asentada en diez microcuradurías a cargo de los docentes artistas antes referidos: Saidel Brito, Jorge Velarde, Xavier Patiño, Hernán Zúñiga, Marco Alvarado, Marcos Restrepo, Joaquín Serrano, Juan Caguana, Juan Carlos Fernández y William Hernández. En cada caso, estas selecciones estaban constituidas por referentes previos, que en muchos casos fueron sus maestros; y por artistas de generaciones posteriores, varios de los cuales fueron, complementariamente, sus alumnxs.  

En total, la exposición reunió a 29 artistas y más de 50 obras provenientes de colecciones privadas y públicas, entre ellas las que se encuentran en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) y la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas (CCE). La curaduría estuvo a cargo de Lupe Álvarez, Saidel Brito y Ana Rosa Valdez.  La inauguración tuvo lugar el 1 de octubre, a las 12h00, en la Galería CIF de MZ14 Centro de Producción e Innovación de la Universidad de las Artes, y en el marco del VI Encuentro Internacional de Investigación en Artes; estuvo abierta hasta el 30 de noviembre.

 Inauguración de la exposición Avistamiento de la pintura en Guayaquil en el Centro de Innovación y Producción Mz. 14 de la Universidad de las Artes el 1 de octubre de 2021, en el marco del VI Encuentro Internacional de Investigación en Artes

 

La convergencia intergeneracional de la enseñanza en artes 

Las circunstancias específicas de la génesis de esta muestra hacen que la docencia sea uno de sus pilares fundamentales, por el papel pedagógico que desempeñan los artistas que realizaron las microcuradurías. Es así como durante unas entrevistas realizadas por el Instituto Latinoamericano de Investigación en Artes (ILIA) y la Dirección de Comunicación de la Universidad de las Artes en días previos a la inauguración de la exposición, los maestros y pintores compartieron el significado de esta experiencia en sus talleres personales de creación. 

El primer aspecto que destacan es el encuentro intergeneracional y las posibilidades de aprendizaje que ofrece la enseñanza, no solo para lxs estudiantes como es evidente, sino también para lxs docentes, que entran en contacto con nuevas formas de hacer y crear, y con las corrientes e influencias que marcan a la juventud. Esto se traduce en la actualización y generación constante de nuevos modelos de pensamiento, como expresó Marco Alvarado; o en el conocimiento que se halla en las formas en que lxs alumnxs resuelven sus propias encrucijadas pictóricas, acorde a lo comentado por Juan Carlos Fernández. 

A su vez, la práctica artística de cada uno de estos docentes se erige como un punto de acercamiento hacia su alumnado. Por una parte, William Hernández apuntó que su experiencia en las artes visuales le ha permitido generar cercanía con sus estudiantes durante las clases, en tanto la comunicación se da desde lenguajes y vivencias similares; mientras que Joaquín Serrano precisó que su formación como artista ha estado estrechamente ligada a su formación como profesor en artes, ya que a medida que enseñaba también generaba nuevos aprendizajes a partir de las experiencias con sus discípulos.  

Para Hernán Zúñiga, las acciones de producir y enseñar pertenecen al mismo bloque cognitivo, afirmación con la que se refuerza la relación intrínseca hasta ahora expuesta entre estas actividades. Esto se ve ejemplificado en Jorge Velarde, quien comentó que replica la misma sencillez de sus procesos creativos  en sus dinámicas pedagógicas, además de que en varias de sus clases realiza él también las actividades que fueron asignadas al estudiantado. Zúñiga añadió sobre esto que la excelencia de la educación en artes se alcanza cuando quien enseña es artista.  

Conversatorio Proyecto “Escuela de Pintura Contemporánea de Guayaquil”, suscitado el 4 de octubre en el marco del VI Encuentro Internacional de Investigación en Artes

 

La investigación en búsqueda de nuevos territorios 

 De la misma manera en que la praxis artística se complementa a través de la docencia, la investigación se articula a esta estructura como una actitud natural de la creación. En este sentido, para Marco Alvarado la generación de ideas es un proceso que puede ocurrir en cualquier instante, por ejemplo, en momentos de ocio y cotidianidad. Sobre esto coincidió Xavier Patiño, quien considera que sus inicios en la investigación se dieron de forma innata y autodidacta, a través de la experiencia y del método de ensayo error, además de la docencia.  

 Saidel Brito, artista y educador, profundizó este aspecto de su trabajo al delinear la práctica artística como una acción de investigación permanente, en la que además de explorar nuevas temáticas también se indaga en nuevos recursos y medios, y en la posibilidad de alcanzar nuevas posibilidades para la pintura. En base a esto, Brito añadió que toda experiencia vital, sensorial, intelectual o personal puede incorporarse al proceso creativo, manifestando así la capacidad del arte para establecer conexiones entre elementos que aparentemente no tienen relación.  

Por esto Brito considera que la división entre investigación, creación y docencia es difusa, y que en ello radica el encanto de la enseñanza en artes, en la que el diálogo constante con generaciones jóvenes genera una dinámica de enriquecimiento colectivo. Juan Caguana, quien fue alumno de Brito, apunta que este escenario permite el encuentro entre la producción pasada y la contemporánea, al tiempo que diversifica la escena artística de los años venideros. 

Lo expresado por Caguana pudo constatarse de forma metatextual en el proyecto de investigación de la “Escuela de Pintura Contemporánea de Guayaquil” y la exposición Avistamiento de la pintura en Guayaquil, en tanto dejó en evidencia la minoritaria presencia de obras de autoras mujeres en la selección final de obras (2 de 29), y su nula representación entre los 10 artistas docentes que realizaron las microcuradurías.  

Así, los discursos de la contemporaneidad que apuntan la superación de la nefasta herencia del patriarcado en las artes y en la sociedad establecieron un diálogo con esta exploración de la pintura guayaquileña de la segunda mitad del siglo XX en el debate Género, institucionalidad y mercado, que también se realizó dentro del VI Encuentro de Investigación en Artes, en las mismas instalaciones (MZ. 14) en las que se encontraba la exposición, y con varios de los miembros de equipo curatorial.  

El trabajo del grupo de investigación, junto a la exposición y el posterior debate muestran la capacidad del trabajo conjunto entre la academia y lxs artistas en pos no solo de la creación y consolidación de una escena artística, sino también de su cuestionamiento y análisis crítico en función de su contexto y de las necesidades colectivas. Con este trabajo se deja también un precedente significativo respecto a la capacidad integradora de la investigación en el campo de las artes, y del poderoso engranaje en el que puede constituirse junto a la creación y la enseñanza.  

Exposición Avistamiento de la pintura en Guayaquil

 

Notas

¹ Daniela Egas, Iconografía y Pintura: Cruce entre imagen y texto, (Quito: PUCE, 2016), 6.

² «Velarde ha llegado a especular que este movimiento [refiriéndose a la Artefactoría], de haberse sostenido en el tiempo y legitimado su valía, hubiese derivado en una genuina e influyente “Escuela de Guayaquil”». Rodolfo Kronfle«Más vale renunciar: Pedro Dávila en los ochenta», Paralaje (2018). 

³ «“Incluir a hombres y mujeres que hayan tenido un rol protagónico en el desarrollo de lo que llamamos una pretendida escuela de Guayaquil”, concluye Zúñiga». Juan Ponce, «Una vista del Bicentenario», Diario Expreso (2020).  

 

Bibliografía 

Egas, D. (2016). Iconografía y Pintura: cruce entre imagen y texto. En Tesis de Licenciatura. Quito: Pontifica Universidad Católica del Ecuador. Obtenido de http://repositorio.puce.edu.ec/bitstream/handle/22000/12042/Iconograf%C3%ADa%20y%20Pintura%20Cruce%20entre%20imagen%20y%20texto%20pdf.pdf?sequence=1&isAllowed=y 

Hadatty, Y. (2014). Adios a Juan Hadatty saltos. Archipiélago(84), 56. Obtenido de https://go.gale.com/ps/i.do?p=IFME&u=googlescholar&id=GALE|A378680695&v=2.1&it=r&sid=IFME&asid=5af74a3c 

Kronfle, R. (2018). Más vale renunciar: Pedro Dávila en los ochenta. Paralaje. Obtenido de http://www.paralaje.xyz/mas-vale-renunciar-pedro-davila-en-los-ochenta/ 

Ponce, J. (19 de febrero de 2020). Una vista previa del Bicentenario. Diario Expreso. Obtenido de https://www.pressreader.com/ecuador/diario-expreso/20200219/282480005814406