Nikita Félix

Este proceso me rememora a los tiempos transitorios de las clases de proyectos. ¿Por qué hacerlo?, ¿a causa de qué tener que analizar tus procesos como artista, documentarlos en las famosas bitácoras? ¿para qué? ¿para poder encontrar algo que, posiblemente, no aparece ocasiones?

Mis procesos de producción son todo lo opuesto a esta práctica rutinaria. Los ciclos que rigen mi manera de producción son limitados, como los de muchos otros artistas que dividen su vida en 2 secciones para poder darse abasto en jornadas de 8 horas (en ocasiones más).

Las agendas estrictas funcionan solo en aquella mitad de mi vida, pero no en la destinada a la producción. Realmente es mucho más llevadero construir un seguimiento diario a la primera mitad, que al resto que se compone básicamente en 5 a 6 horas de consciencia previa al letargo para reponer energías.

El entender este tipo de estructura sistemática y “funcional” me permite hallar el equilibrio entre la distancia de una vida de la otra, porque me permite ver desde un sentido muy puntual, que mi tiempo de producción no debe ser interrumpido en distracciones.

El tiempo destinado a la investigación previa a la experiencia de producción, debe ser fugaz, pero precisa. No debe justificarse únicamente a partir de la “inspiración”, eso dice mucho de las carencias de un artista para lograr encontrar sentido a lo que hace.

Partiendo desde este pseudo prólogo sobre cómo funciona mi circuito interno, agregaré ciertos elementos que acompañan a mis procesos de producción.

Este es otro día maratónico, que dedico a la transición de los conceptos producidos en mis instalaciones. A partir de dar un seguimiento a mis pasos, debo construir nuevos escenarios para un formato bidimensional. Pero para eso debo recitar mis pasos, los cuales ocasionalmente voy capturando en la gloriosa adicción por la tecnología portátil que, en ocasiones, contribuye a lo que alguna vez se refirió Matteo Manfredi como “Vacío documental brutal”, a causa de unos tiempos que inducen una documentación desmesurada. Pero entre lo esporádico y el sinsentido se encienden las luces de tus propios intereses. ¿Cómo? Convirtiéndolas en la principal aliada para poder encontrar novedades que están moviendo el ámbito artístico, encontrarse con dulces rarezas que ingenuamente van acorde a lo que uno manifiesta en su propia producción.

Ahora, el tiempo de producción se suprime para no desvincularse de los nuevos procesos que emergen dentro de la escena local (supongo que es un poco irónico el entenderlo de esa manera), toca partir y para entender el propio sentido de otras propuestas.